Cuáles son las señales más comunes de que procrastinas en tu trabajo

Aunque siempre ha existido, con las redes sociales y los medios de información, el término de procrastinación se ha hecho más presente en los últimos años. De hecho, me atrevo a decir que, especialmente, por las redes sociales, la procrastinación está a la orden del día, regularmente, en un horario de 9 a 5.

La procrastinación es el término que define a la postergación de asuntos primordiales, usualmente, aquellas que tienen que ver con las responsabilidades, como las laborales, las familiares, las del hogar, las tareas escolares, entre otras.

En semanas recientes que se ha hablado mucho sobre la renuncia silenciosa, puede confundirse a la procrastinación como una forma de “quiet quitting”. Uno es un movimiento laboral, el otro es sólo un estilo de vida lamentable.

Dejando a un lado el movimiento laboral de la renuncia silenciosa, la procrastinación suele hacerse presente en trabajadores no motivados, quienes suelen dejar de lado sus responsabilidades diarias, postergándolas o incluso dejándolas de hacer por completo. El problema es que, cuando la procrastinación no se hace consciente, se juega con la carrera profesional, ya que la poca productividad puede provocar que el empleador decida despedirlo.

Ojo, no debe confundirse la procrastinación con momentos de relajación y despeje de las actividades diarias. Por ejemplo, hay estudios que recomiendan a las personas que están sentadas durante su jornada laboral, que se levanten 5 minutos por cada 30 de actividad. Se hace procrastinación cuando estas pausas son frecuentes, se hacen un hábito y, primordialmente, afecta la productividad del trabajador.

Entre las señales de que procrastinas, se encuentran:

1. Buscas maneras de evitar el trabajo

Cuando revisar las redes sociales, enviar mensajes a los amigos o jugar videojuegos móviles se vuelve más importante que la ejecución de tu empleo, sin duda estás procrastinando. También es posible que “te autoengañes” con actividades que no son importantes en el momento, como limpiar tu escritorio, para justificar el hecho de no hacer tu trabajo esencial. Dicho de una manera simple, tus prioridades están un poco tergiversadas.

2. No cumples con los plazos de entrega

Tal vez no seas consciente de la procrastinación, sin embargo, una señal de que muy seguramente te esté pasando es porque no cumples o luchas constantemente por cumplir los plazos de entrega determinados para tus actividades laborales.

3. Estás lleno de recordatorios externos

Al no cumplir con los plazos de entrega, tus colegas y superiores te envían recordatorios constantes sobre la fecha límite de entrega de algún proyecto, sea laboral, personal o familiar. Estos mensajes también pueden ser llamadas de alerta de tus superiores de que algo no estás haciendo bien y que te tienen la mira, es decir, que podrías perder tu empleo.

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