El limbo de los beneficios de desempleo, ¿qué pasará ahora?

La medianoche del sábado expiraron dos programas que proporcionaban ayuda por desempleo a entre 10 y 14 millones de estadounidenses; la nueva legislación los renovaba y contemplaba pagos extra de 300 dólares a la semana

ATLANTA, GEORGIA - DECEMBER 07: Few people walk through the streets of downtown Atlanta where tourism and businesses have been hard hit by coronavirus (COVID-19) on December 07, 2020 in Atlanta, Georgia. Many parts of Georgia are experiencing the largest surge in coronavirus (COVID-19) cases since the summer. Georgia hit a new single-day record of more than 6,000 suspected and confirmed infections on Friday, which pushed the state's rolling 7-day average to nearly 4,300. (Photo by Spencer Platt/Getty Images)

ATLANTA, GEORGIA - DECEMBER 07: Few people walk through the streets of downtown Atlanta where tourism and businesses have been hard hit by coronavirus (COVID-19) on December 07, 2020 in Atlanta, Georgia. Many parts of Georgia are experiencing the largest surge in coronavirus (COVID-19) cases since the summer. Georgia hit a new single-day record of more than 6,000 suspected and confirmed infections on Friday, which pushed the state's rolling 7-day average to nearly 4,300. (Photo by Spencer Platt/Getty Images) Crédito: Spencer Platt | Getty Images

La negativa del presidente Donald Trump para firmar un nuevo plan de estímulo económico dejó este domingo a millones de personas sin prestaciones por desempleo.

La medianoche del sábado expiraron dos programas que proporcionaban ayuda por desempleo a entre 10 y 14 millones de estadounidenses, y que no habrían terminado si Trump hubiera firmado el proyecto de ley.

La nueva legislación no solo renovaba esos programas especiales creados durante la pandemia, sino que contemplaba pagos extra de 300 dólares a la semana, hasta el 14 de marzo, para los trabajadores que perdieron su empleo.

Muchos desocupados todavía pueden recurrir a las prestaciones de desempleo estatales, que cubren al 90 % de los trabajadores del país, pero los programas que caducaron este sábado eran importantes para los empleados independientes y otros desempleados que han agotado los recursos federales.

Esta fue la primera repercusión importante en la vida de los estadounidenses tras el desacuerdo del presidente Trump en torno al recién aprobado proyecto de estímulo económico, pero podría haber otras dos consecuencias graves a lo largo de la próxima semana.

División republicana y parálisis del gobierno

La división entre los republicanos cada día es más evidente y algunos políticos de ese partido criticaron este domingo al presidente por no firmar el proyecto de ley aprobado el pasado lunes por el Congreso, que inyectaría $900 billones de dólares a la economía para mitigar los efectos de la pandemia.

“(A Trump) se le recordará por el caos, la miseria y su comportamiento errático si no firma la ley”, dijo el senador republicano Pat Toomey en declaraciones a Fox News.

Por su parte, el congresista republicano Adam Kinzinger lamentó este domingo la postura de Trump, al asegurar a la cadena CNN que el paquete actual es precisamente “lo que negoció el presidente” a través de su secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

Si Trump no firma el proyecto presupuestal que se aprobó junto con el paquete de estímulo económico antes de la noche de este lunes, se agotarán los fondos para la administración pública, que entrará en una parálisis parcial desde el martes 29, a no ser que se apruebe una medida de financiamiento temporal.

Además, en caso de que el paquete de estímulo no entre en vigor el 31 de diciembre, esa medianoche expirará una moratoria nacional que prohíbe los desalojos, lo que colocaría a unos 30 millones de estadounidenses en riesgo de quedarse sin techo.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, planea someter a voto este lunes a propuesta de aumentar a $2,000 dólares los cheques de estímulo, pero se espera que ese plan fracase, como ya ocurrió este jueves en un primer intento, por la oposición de los republicanos.

Si Trump vetara el proyecto de ley, el Congreso podría intentar invalidar ese veto y tendría opciones de conseguirlo, pero todo apunta a que la estrategia del mandatario es dejar el proyecto de ley sin firmar sobre su mesa, con el objetivo de que caduque el 3 de enero.

Ese día tomará posesión un Congreso de diferente composición, surgido de las elecciones de noviembre, cuyos legisladores tendrán que volver a negociar y aprobar un nuevo plan de estímulo económico.

En el ambiente político ha trascendido que republicanos y demócratas esperan que el presidente recapacite y finalmente firme el proyecto de ley.

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