Precio récord de la gasolina: alcanza los niveles más altos en 6 años, mientras Biden discute con la OPEP

El mandatario se encuentra en una disyuntiva diplomática que podría minar a la clase media y su presidencia: mientras dispone de reducir la producción de petróleo nacional, insta a la OPEP a aumentarla

The Organization of the Petroleum Exporting Countries (OPEC) logo is pictured at OPEC's headquarters in Vienna, on September 22, 2017. (Photo by JOE KLAMAR / AFP) (Photo by JOE KLAMAR/AFP via Getty Images)

The Organization of the Petroleum Exporting Countries (OPEC) logo is pictured at OPEC's headquarters in Vienna, on September 22, 2017. (Photo by JOE KLAMAR / AFP) (Photo by JOE KLAMAR/AFP via Getty Images) Crédito: Joe Klamar | Getty Images

Desde que llegó a la presidencia, Joe Biden ha tenido como objetivo el reducir la producción de petróleo y gasolina en Estados Unidos como parte de los esfuerzos en el combate del cambio climático. Pero en tiempos recientes, ante la creciente demanda del combustible en las estaciones de servicio, parece contradictoria la postura del país de rogar a la OPEP que las demás naciones bombeen más petróleo para que el precio de la gasolina en EE.UU. no suba más de lo que lo ha hecho en los últimos días, donde ha llegado a tener niveles de precios tan altos que no se veían en 6 años.

El martes pasado, los precios del petróleo subieron a máximos de seis años después de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia no lograran ponerse de acuerdo sobre el aumento de las cuotas de producción. Hace unos meses, la OPEP recortó las cuotas de producción luego de que los precios del crudo cayeran a $20 dólares por barril en medio de las cuarentenas que afectaron a la economía de todas las naciones y frente una inesperada guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia.

A principios de junio, en medio de una recuperación mundial con la ayuda de las vacunas contra el covid-19, la OPEP aumentó modestamente las cuotas de producción, aun cuando la demanda se está recuperando más rápido que la oferta. El resultado es que los precios del crudo promedian alrededor de $74 dólares por barril, lo que sería alrededor de un 45% de alza este año. Los países de la OPEP, naturalmente, quieren aprovechar la recuperación de la pandemia para impulsar la producción.

Sin embargo, a pesar de que Estados Unidos tiene su propia producción de petróleo, la dependencia actual que tienen frente a la OPEP ha generado que los precios de la gasolina se eleven. Una disputa entre Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos por las cuotas está bloqueando el acuerdo que beneficiaría a nuestro país, provocando que los precios de la gasolina en EE.UU. lleguen a máximos históricos que nos se veían desde hace siete años. Esta situación ha afectado especialmente al bolsillo estadounidense luego de que el consumo se encuentra cerca al que estaba previo a la pandemia en 2019.

Un vocero de la Casa Blanca afirmó el lunes que está instando a la OPEP y sus aliados a llegar rápidamente a un compromiso “que permita avanzar en los aumentos de producción propuestos”. La administración actual está preocupada de que los precios más altos de la gasolina puedan socavar la agenda climática y los planes de gasto del presidente Biden.

Esta cuestión diplomática se suma a los problemas internos que aún se investigan, pero en los que podría estar involucrado Rusia. Hace un par de meses, la red de oleoductos más grande del país, el Colonial Pipeline, fue afectada por piratas informáticos ransomware que también generó un alza de precios de la gasolina, de los cuales no nos hemos recuperado.

Asimismo, los republicanos han aprovechado las contradicciones actuales de dependencia de combustible, vinculando el veto del oleoducto Keystone XL al alza de precios de la gasolina actuales. Sin Keystone en funcionamiento, más crudo de Canadá y el norte de Bakken Shale tendrán que trasladarse por ferrocarril a las refinerías estadounidenses, elevando aún más los costos de producción y elevando más la gasolina.

Con todo esto, la gasolina no es el único combustible que ha afectado el bolsillo de millones de estadounidenses, los precios del gas natural y el propano también han aumentado. Y con un país que aún permanece en movimiento por medio del petróleo, los precios de los bienes en general también se incrementan.

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