Ciberataques a tus ahorros: nueve de cada diez estadounidenses se preocupan de ser víctimas de estafas o hackeos a su dinero

En el último año, los constantes ciberataques a entidades privadas y gubernamentales generaron mayor preocupación entre la sociedad de Estados Unidos

En el último año, grandes empresas como JBS Foods y Colonial Pipeline fueron vulneradas en sus sistemas por ciberdelincuentes.

En el último año, grandes empresas como JBS Foods y Colonial Pipeline fueron vulneradas en sus sistemas por ciberdelincuentes. Crédito: Pete Linforth | Pixabay

Con la pandemia, los ciberataques se hicieron más presentes que antes, eso mismo provocó que cualquier persona en Estados Unidos sintiera que sus ahorros e información podría ser vulnerada por delincuentes. Al menos así lo refleja una encuesta donde nueva de cada diez estadounidenses están preocupados por los hackeos y estafas cibernéticas.

La encuesta realizada por The Pearson Institute y The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research también detectó que los estadounidenses ven en China y Rusia como grandes amenazas detrás de los ciberataques a los sistemas informáticos de Estados Unidos.

Nueve de cada diez estadounidenses se mostraron al menos algo preocupados por los hackeos que involucran su información personal, instituciones financieras, agencias gubernamentales o ciertos servicios públicos. Casi dos tercios de los encuestados dicen estar muy o extremadamente preocupados.

Por lo menos tres cuartas partes de la muestra ponen a los gobiernos chino y ruso como las amenazas importantes para la ciberseguridad del gobierno de Estados Unidos y al menos la mitad también ve al gobierno iraní y los organismos no gubernamentales como una amenaza.

Es mucho más probable que los adultos mayores vean a Rusia y China como amenazas graves. Una gran mayoría de adultos mayores de 60 años dice que los gobiernos de esos dos países son una gran amenaza en materia de ciberataques, pero solo la mitad de los menores de 30 están de acuerdo.

Durante la pandemia hubo un crecimiento de los ataques cibernéticos que no sólo afectaron a las instituciones sino el desempeño económico del país. El más representativo fue el hackeo al oleoducto más importante de Estados Unidos, el Colonial Pipeline, que provocó un aumento considerable de la gasolina por varias semanas.

Los sistemas de ciberseguridad de empresas privadas también fueron vulneradas durante este tiempo que se caracterizó por el encierro. Muchas personas recurrieron a servicios en línea por varios meses, incluidos servicios financieros. Por el momento no ha habido un serio problema en las cuentas de ahorro, sin embargo eso no evitó que los consumidores cuestionaran los sistemas de seguridad de las entidades financieras que manejan su dinero.

A pesar de los esfuerzos y la amplia inteligencia detrás de los sistemas informáticos de Estados Unidos, todas estas series de ciberataques han provocado que el presidente Joe Biden preste atención a este problema y busque que los legisladores elaboren un proyecto para obligar a las industrias críticas a aumentar sus defensas cibernéticas e imponer requisitos de informes para las empresas que son víctimas de hackeos.

“Es bastante poco común hoy en día encontrar asuntos que tanto la gran mayoría de republicanos como demócratas” ven como un problema, mencionó David Sterrett, científico investigador principal del Centro AP-NORC.

Tanto Biden como los legisladores federales coinciden en una legislación que fortalezca las ciberdefensas públicas y privadas.

Sin embargo, en cuanto a la sensación que demócratas y republicanos tienen sobre quiénes podrían estar detrás de algunos de los ciberataques, la opinión se divide. En su momento, cuando Donald Trump estuvo en la presidencia y se descubriera el hackeo de SolarWinds, se desestimó que los rusos estuvieran detrás, contradiciendo a su secretario de Estado y, además, sugiriendo que China podría ser el culpable, sin evidencias de tal aseveración.

Lo que es cierto es que muchos de los ataques de ramsomware, no sólo buscan desestabilizar el sistema de Estados Unidos, en algunos casos se realizan bajo pedido y cobran cantidades millonarias por su ejecución o solicitando un depósito fuerte en criptomonedas, para evitar su rastreo, antes de que los afectados puedan descifrar y liberar a sus sistemas del daño.

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