Cómo puedes renunciar a tu trabajo en tres sencillos pasos y que sea lo más cordial posible

El Covid-19 ha generado diversos movimientos sociales y personales, y continúa ocasionándolos. Curiosamente, cuando muchos se quedaron sin trabajo o redujeron sus ingresos al inicio de la pandemia, para otros se vislumbró como una oportunidad de crecimiento profesional y personal. Entre esos efectos, el tema laboral tiene su propio peso, ya que millones de estadounidenses han decidido renunciar a sus trabajos; pero se han percatado de que no es tan sencillo decir “adiós” a la empresa como hubiesen imaginado, por lo que aquí te vamos a ayudar con tres sencillos pasos para hacerlo lo más cordial posible.

En los últimos meses, se han registrado millones de renuncias. Tan sólo en agosto, 4.3 millones de empleados decidieron dejar su trabajo, una cifra récord que no se registraba hace más de 20 años.

Más allá de lo que motive tu decisión, dejar un empleo no es tan sencillo, salvo que no hayas tenido muy buena relación con tus compañeros o patrón. El proceso mental de esta situación es similar al de un abandono, por lo que incluso saber que lo dejas por mejores oportunidades puede generarte un conflicto.

Para controlar las emociones al momento de dejar tus labores, te recomendamos esta simple estrategia de tres pasos para hacerlo.

1. Evita que sea una sorpresa

Cuando alguien decide dejar su trabajo, pasa por un proceso mental en el que planifica su salida: busca nuevas fuentes de empleo, prevé situaciones de riesgo en sus ingresos, pone en la balanza las ventajas y desventajas de esta toma de decisión y largo etcétera antes de tomar una decisión. Lo malo es que cuando decide irse, suele despreocuparse por las formas e intenta escapar lo más pronto posible, cerrándose una oportunidad de cualquier posible regreso.

Cuando estés seguro de renunciar, procura hacerlo con un plazo considerable, desde programar una cita con tu patrón para hablar de esta situación hasta el proceso de cambio y acoplamiento de tu suplente. Algunos expertos reclutadores sugieren una transición de dos semanas desde el momento en el que se avisó de la salida. No es una regla, pero estos 14 días pueden ser más que suficientes para dejar una respetable huella final de lo que será tu exempleo.

2. Sé agradecido

Incluso cuando no hayas tenido muy buenas relaciones en el trabajo que quieres dejar, salir con los reclamos y las disputas por delante nunca será opción. Expresar gratitud por las oportunidades que tuviste durante tu tiempo en la empresa será un buen consuelo en un momento amargo.

De hecho, empezar con todo lo bueno que te dejó este empleo te brindará la confianza y la valentía necesaria para afrontar la noticia que darás de tu salida con buena actitud. Y si tú estás tranquilo emocionalmente, esa misma sensación la contagiaras a tu empleador, quien puede angustiarse de momento, pero al cual le podrás dar recomendaciones sobre el proceso de transición que lo calmará.

3. Planifica tu transición

Si muestras disposición de dejar tu trabajo de la mejor manera posible, darás una imagen de profesionalismo y de valía como empleado. La única manera de salir por la puerta grande de una empresa a la que pretendes abandonar, es haciéndolo con un plan de transición: deja la menor cantidad de pendientes, guía, asesora o recomienda a un suplente y muestra sentido de colaboración si surgen dudas.

Al ser tú quien toma la decisión, tienes más control de cómo quieres llevar a cabo las cosas: ser un trabajador que deja pendientes y una imagen de flojera o alguien valioso al cual quisieras tener de vuelta.

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