Cómo una liquidación de deudas podría aumentar tu pago de impuestos

Para aquellas personas que cargan con una deuda grande, casi impagable por muchos años, puede ser tentador negociarla por medio de una liquidación de deuda. Y aunque de principio parece un gran plan, debes contemplar que muy posiblemente tendrás que pagar más impuestos en tu próxima declaración de impuestos.

Las personas morosas saben lo molesto que puede ser cargar una deuda impaga: llamadas constantes de los acreedores, el estrés y noches en vela descifrando cómo pagarla. Muchos de estos deudores tienen la intención de pagar sus préstamos y créditos para vivir más tranquilo, pero hay veces que las finanzas no lo permiten. Por eso, cuando estos consumidores logran tener los suficientes recursos, consideran negociar lo que deben por medio de una liquidación de deuda.

Una liquidación de deuda es aquella en el que el acreedor, sin importar si es una compañía de tarjetas de crédito, prestamista o prestador de servicios a créditos como un consultorio médico, acepta que la deuda sea pagada por una cantidad menor de lo que se debe.

Por ejemplo, si debes un préstamo de $3,000 dólares, el prestamista podría aceptar un pago único de $2,500 dólares y cancelar el resto. En cuanto pagues la cantidad acordada ya no deberás dinero para ese prestamista.

Aunque es claro que los acreedores pierden dinero, $500 dólares en nuestro ejemplo, acepta una liquidación de deuda porque así logra recibir una cantidad de dinero en lugar de seguir persiguiéndote con el riesgo de no obtener ningún centavo.

Todo parece increíblemente bonito, la deuda se liquida, el acreedor recibe parte de su dinero perdido y el moroso deja de serlo y todos felices y contentos. Nada más alejado de la realidad para algunos de estos prestatarios.

Hay dos aspectos en los que una liquidación de deuda puede afectarte: uno, en tu informe de crédito; y dos, en tus impuestos.

Una liquidación de deuda se señala en tu informe de crédito. Y aunque parece un dato de que pagaste, en realidad es una señal de que no lo hiciste por completo. Tu puntaje seguirá reducido y aun cuando lo subas, mientras aparezca la liquidación en tu informe, serás un signo de riesgo para futuros prestamistas.

En cuanto a los impuestos, aquí viene lo malo. Cuando realizas una liquidación de deudas, el monto de tu deuda que se cancela generalmente se informa al Servicio de Impuestos Internos (IRS). Esta cantidad “perdonada” se considera ingreso imponible, ya que no lo pagaste y es dinero que ahora terminarás debiendo en tus impuestos al IRS para el año fiscal en el que obtuviste la liquidación, mismo que deberás declarar en tu presentación fiscal del siguiente año. Por ejemplo, si tu liquidación fue en este año, lo vas a declarar en tus impuestos de 2022 el próximo año (2023).

En el ejemplo anterior de la liquidación de deuda de $3,000 dólares que sólo pagaste $2,500 dólares, los restantes $500 dólares formarán parte de tus ingresos en tu declaración de impuestos, lo que a su vez puede provocar que tengas una factura fiscal más grande.

Esto no es un hecho irrefutable, ya que toma en cuenta que el cálculo de tus impuestos depende de muchos factores como tu estado civil y la cantidad de ingresos que generes. Por ejemplo, si de los $500 dólares agregados a tus ingresos, terminas con una factura de $100 dólares, pero resulta que calificas para créditos y otros estímulos fiscales, tal vez resulte que no debas nada y hasta tengas un reembolso.

Aquí lo importante y que no debes perder de vista es que la cantidad condonada en una deuda se reporta como ingreso. Si no lo haces, podrías tener un problema posterior con una auditoría y hasta incurrir en una evasión fiscal. Esa deuda te seguirá aun cuando la liquides durante algún tiempo más.

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