Impuestos a los beneficios del Seguro Social: cómo se gravan esos ingresos y a quién afectan
Los jubilados con otros ingresos, como pueden provenir de otro trabajo o inversiones, podrían tener que pagar impuestos por hasta el 85% de sus beneficios del Seguro Social
El Seguro Social es uno de los programas más queridos por los estadounidenses, brinda un apoyo financiero para personas discapacitadas y jubilados. Lo que muchos no saben es que para algunas personas, estos beneficios pueden causar impuestos.
Cuando trabajas, sólo inviertes alrededor del 15% del dinero que obtienes, el resto proviene de las aportaciones de tu empleador y de los intereses devengados por los fondos fiduciarios. Por esta razón, y dependiendo de la cantidad de los ingresos, los jubilados tendrían que pagar impuestos federales e incluso estatales sobre sus beneficios del Seguro Social.
Como este programa está pensado especialmente para brindar un poco de apoyo financiero para la jubilación de personas de bajos ingresos, aquellos que tienen suficientes ingresos combinados al año para su retiro, deben pagar impuestos.
Alrededor del 40% de los beneficiarios actuales pagan impuestos, según la Administración del Seguro Social. Esto se debe porque, de acuerdo con la ley tributaria, aquellos con un ingreso combinado de más de $34,000 dólares para contribuyentes individuales y $44,000 dólares para contribuyentes conjuntos pagarán impuestos sobre hasta el 85% de sus beneficios.
Cuando el ingreso combinado es menos de $25,000 dólares para contribuyentes individuales y $34,000 dólares para contribuyentes conjuntos no tendrán obligación tributaria sobre sus beneficios. Si se encuentran en medio de los umbrales, sólo pagarán impuestos sobre el 50% de sus beneficios.
¿Por qué se pagan impuestos de los beneficios del Seguro Social?
Cuando estás en tus años laborales hasta antes de los 62 años, sólo pagas una parte de la cantidad que recibirás del Seguro Social al jubilarte, el 15% aproximadamente. Debido a la crisis de financiamiento a corto plazo que enfrentó la Administración del Seguro Social a principios de 1980, se aprobó una legislación que permitió gravar los beneficios del programa en 1983. Desde entonces, establecieron límites para proteger a las personas de bajos ingresos a través de umbrales en los que se podrían gravar los beneficios.
Desde entonces, el fondo del Seguro Social se financia a través de un impuesto sobre la nómina dedicado que pagan tanto el empleado como el empleador. En 2021, cada parte paga el 6.2% de los salarios hasta la cantidad imponible máxima actual de $142,800 dólares en ganancias. Los trabajadores por cuenta propia pagan el 12.4% de sus ganancias imponibles máximas, debido a que ellos tienen que suplir las aportaciones que se harían en una empresa. Aproximadamente el 90% de los ingresos provienen de intereses e ingresos del fondo de beneficios del Seguro de Vejez y Sobrevivientes y del Seguro por Discapacidad (OASDI).
Si bien hay muchos beneficiarios que sólo dependen del Seguro Social para su retiro, hay muchos jubilados que también continúan trabajando u obtienen ingresos por intereses y dividendos de inversiones, por lo que pueden superar los umbrales que provocarían que se gravarán sus pagos del Seguro Social.
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