Por qué un empleo fuerte en EE.UU. en realidad podría llevar a una recesión
Los analistas de diversos portales especializados en finanzas consideran que los buenos datos del mercado de trabajo en EE.UU. podrán ser el detonador para que se acerque una recesión forzada por la Reserva Federal
En economía, una buena noticia puede convertirse fácilmente en una mala, muy mala noticia. El pasado viernes que se dieron a conocer las cifras de empleo en Estados Unidos, podemos estar tranquilos porque el mercado laboral sigue siendo fuerte. Sin embargo, que haya tanto trabajo en el país es una noticia agridulce, debido a que eso incrementa las probabilidades de una recesión forzada.
Estados Unidos agregó 528,000 puestos de trabajo en julio y el desempleo se situó en el 3.5%, informó la semana pasada la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS). Los números sobre el empleo fueron más grandes que las estimaciones de ciertos expertos, que consideraban que podría disminuir durante este periodo. Dow Jones calculó que sólo se agregarían 258,000 empleos y el desempleo estaría en 3.6%, según CNBC.
En otro contexto, podría ser una gran noticia; pero con inflación a tope en EE.UU., no es tan agradable. Los especialistas consideran que estos números llevarán a la Reserva Federal a endurecer aún más sus medidas antiinflación, como lo es elevar las tasas de interés de referencia del país, como lo ha hecho en los últimos meses. La última ocasión que el banco central elevó los tipos fue en julio, con un alza del 0.75% en las tasas de referencia. La próxima reunión de los funcionarios de la Fed será en septiembre.
“Mi opinión es que los aumentos de tamaño similar deberían estar sobre la mesa hasta que veamos que la inflación disminuye de manera consistente, significativa y duradera”, señaló Michelle Browman, gobernadora de la Fed, en un comunicado del 6 de agosto, en apoyo a un aumento de la tasa de los fondos federales en un otros 75 puntos básicos.
Lo curioso y que aún no se explican los expertos, es cómo se tiene un fuerte mercado laboral, cuando el último informe semanal de solicitudes de desempleo también aumentó. Grandes empresas, como Walmart, han anunciado una serie de despidos derivados por los altos precios y la reducción del consumo discrecional, que estancó los inventarios de las compañías minoristas.
Otro dato preocupante que fomenta los temores de que la Fed actuará más fuerte es el crecimiento de los salarios. Los sueldos siguen aumentando considerablemente, ya que los ingresos medios aumentaron un 0.5% el mes pasado y ahora han subido un 5.2% durante el último año. Esto mantiene el consumo firme, que volvemos a decir son aspectos agridulces, ya que es bueno que la gente tenga dinero para solventar sus necesidades, pero no cuando eso sigue alimentando el círculo inflacionario al alza.
Ahora, los economistas y analistas esperan los datos del Índice de Precios al Consumidor (CPI) que se publicarán el 10 de agosto. Según Bloomberg, se espera que el IPC aumente un 8.7% respecto al año anterior, en gran parte gracias a la disminución de los precios de la gasolina. Sin embargo, después de eliminar los costos de los alimentos y la energía, se espera que la inflación anual suba del 5.9% al 6.1%. El último informe reportó un incremento del 9.1% interanual en julio, la más alta inflación en 40 años.
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