Cómo saber si los precios ya no subirán más ahora que la inflación bajó en julio

Tras el último reporte de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), donde se señaló que la inflación se redujo a 8.5%, parece haber esperanzas para bajar aún más los precios; pero también hay otros indicios de que podrían seguir aumentando

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Los expertos no pueden ponerse de acuerdo en el rumbo de la inflación en Estados Unidos, debido a que las señales son diversas. Crédito: Shutterstock

Tras 25 meses consecutivos de aumentos, la inflación tuvo una considerable reducción de junio a julio, periodo en el que se registró un índice de precios al consumidor de 8.5%. Si bien esto no indica que todos los productos y servicios redujeron de precio, por lo menos se estancaron en julio. Y es cuando viene la pregunta que todos en Estados Unidos se hacen: ¿la alta inflación por fin llegó a su tope máximo este año? Aquí te mostramos lo que dicen algunos analistas.

El último informe de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) de EE.UU. señaló que la inflación se redujo seis puntos porcentuales en comparación con junio, cuando llegó a su punto máximo de los últimos años con 9.1% interanual, la cifra más grande registrada en poco más de 40 años. Julio tuvo un índice del 8.5% gracias, en buena medida, a que los precios de los combustibles se redujeron durante este periodo.

Esta reducción fue mayor que la última registrada previamente en abril, cuando redujo dos puntos porcentuales a 8.3% en comparación con marzo, que fue de 8.5% interanual. En cambio, para mayo, volvieron los dolorosos aumentos, cuando la BLS señaló un crecimiento de la inflación en 8.6%.

Así han transcurrido los últimos meses. Alzas, alzas y más alzas. ¿Será acaso que estamos viendo la luz al final del tunel? No festejemos antes de tiempo. La mayoría de los expertos consideran que la inflación continuará por lo menos hasta final de año. Es posible que los incrementos no se disparen como anteriormente lo han hecho, pero señalan que podría seguir aumentando hasta lograr la estabilidad a inicios del 2023.

Es difícil determinar si la inflación ha alcanzado su punto máximo. No obstante, es probable que se mantengan en estos vaivenes en lo alto hasta entrado el próximo año. De hecho, con base en los meses en que se ha reducido, tal como pasó en abril, se ha visto como vuelve a acelerarse en meses posteriores. Para hacer un pronóstico al respecto, tendríamos que ver cómo se desarrolla agosto y septiembre.

Incluso si algunos precios siguieran bajando, es casi seguro que otros, como los costos de la vivienda, seguirán siendo dolorosamente altos. El camino por recorrer puede seguir siendo largo antes de que la inflación se acerque al ritmo anual del 2% que la Fed ha fijado como objetivo y al que los estadounidenses estaban acostumbrados desde hace mucho tiempo.

Los expertos no logran ponerse de acuerdo. Para ellos hay signos en ambos sentidos hacia donde va la inflación. La caída reciente se ajustó a que los precios de los combustibles han reducido considerablemente. Según la Asociación Estadounidense del Automóvil (AAA), este jueves el precio promedio de gasolina es de $3.99 dólares por galón. Sin embargo, esperan que el costo de los comestibles pronto podrían aumentar mucho más lentamente.

Los precios de futuros de lácteos, pollo y huevos han estado cayendo en las últimas semanas, según Capital Economics, una firma de pronósticos. Y los costos de materias primas agrícolas como el trigo, el maíz y la soja también están muy por debajo de sus picos de primavera.

Aspectos como los problemas en la cadena de suministro que se están resolviendo también han ayudado a reducir los precios. Los otrora puertos saturados al sur de California se han estado liberando de mercancías, lo que ha reducido el costo de los envíos. Eso debería ayudar a reducir el costo de muebles, automóviles y otros bienes. Los precios de los electrodomésticos ya están cayendo, esto también especialmente porque hay un exceso de inventario en las tiendas minoristas.

Por el otro lado, el mercado laboral se mantiene muy fuerte y alimenta los altos precios. Las empresas siguen contratando trabajadores a un gran ritmo y están dispuestas a pagar más para encontrar a las personas que necesitan. En el trimestre de abril a junio, los sueldos y salarios de los empleados, sin incluir a los empleados del gobierno, aumentaron un 1.6%, igualando el máximo de dos décadas alcanzado el otoño pasado.

Claro, a todos nos gusta tener trabajo con aumentos o altos salarios, sin embargo, en circunstancias como las actuales, alimenta a que los precios incrementen también. Teniendo más personas con dinero, con grandes cantidades de efectivo, más gastan. Cuando la demanda supera a la oferta, los precios suben. Además, de que las empresas transfieren los incrementos de sueldos y beneficios laborales a los consumidores.

El temor radica en que los expertos creen que la Reserva Federal podría endurecer aún más sus medidas inflacionarias, aumentando más las tasas de interés y llevando a Estados Unidos a una recesión.

Estamos en una bifurcación en el camino de la economía estadounidense: continúa subiendo la inflación o, para combatirla, podríamos tomar el rumbo de la recesión. Los próximos meses lo dirán.

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