Evita los 4 miedos más grandes de las personas que podrían dejarte sin dinero
Hay muchas personas que motivan sus decisiones por los impulsos que le generan los miedos, lo malo es que eso podría hacer que pierdan mucho dinero
El miedo es una emoción humana que tienen todas las personas sin excepción, es una respuesta natural al peligro. La mayoría de las veces nos protege de cosas desagradables. No obstante, cuando el miedo se sale de control, e incluso llega al terror o al pánico, puede hacerte tomar decisiones que no son beneficiosas para ti. Cuando se involucra miedo y finanzas, puede ser desastroso. Por eso te presentamos los 4 miedos más grandes que deberías evitar sentir o controlar para no quedarte sin dinero.
1. Miedo a perderse de algo (FOMO)
El miedo a perderse de algo, o fear of missing out (FOMO), es uno de los más comunes en tanto a la combinación entre esta emoción y las finanzas. En resumen, es una percepción errónea o justificada que tiene la persona de que todos a su alrededor conocen y viven experiencias trascendentales de las cuales te estás perdiendo. Un estudio de 2016 publicado en Computers in Human Behavior desarrolló una escala para medir los niveles de FOMO de las personas. Descubrió que cuanto más tiempo pasaban las personas en las redes sociales, más altos tendían a ser sus niveles de FOMO.
Cuando tienes FOMO, puede llevarte a gastar dinero en todo tipo de formas en las que normalmente no lo harías. En una encuesta de 2018 realizada por Credit Karma, casi el 40% de los millennials admitieron gastar dinero que no tenían para mantenerse al día con sus amigos.
Dado que las redes sociales son un detonante del FOMO, una forma de evitar el gasto excesivo que provoca es reducir su uso. Esta desconexión virtual debe estar acompañada de una conexión con tu entorno: aprovechar lo que tienes, valorar a las personas de tu alrededor y ver las ventajas de tu vida.
2. Miedo a quedarse atrás
Parecido al miedo a perderse de algo, es posible que en una salida con amigos que gastan mucho, quizás no es que tengas FOMO, tal vez tienes miedo a sentirte menos por quedarte rezagado en un estilo de vida que no puedes costear. Así como el miedo es una emoción natural, la condición humana tienen la necesidad arraigada de pertener y ser aceptados como parte de un grupo. Evidentemente, la publicidad es un factor primordial de la explotación de este temor, ya que siempre muestra que las personas “cool” utilizan tal o cual producto.
El miedo a quedarte atrás puede conducir a la inflación del estilo de vida. La motivación que hace distinta al FOMO con este tipo de miedo radica en una cuestión de percepción: mientras con el FOMO tienes miedo a perderte de alguna buena experiencia: este miedo impacta en el orgullo de quedarte rezagado financieramente, mientras que ves cómo otras personas crecen en el escalafón social. Este tipo de miedo puede llevarte a endeudarte en tarjetas de crédito, comprar artículos costosos, inservibles y no necesarios, entre otras cosas.
Antes de hacer este tipo de compras excesivas y fuera de tu presupuesto, deberías preguntarte: ¿yo menospreciaría a alguien por no gastar de esta manera? Si la respuesta es no, entonces, ¿qué te hace pensar que tus amigos lo harían? Si al responderte, tienes argumentos que te hagan pensar que lo harían, tal vez no sean tus amigos como pensabas.
3. Miedo al fracaso
Aunque no nos gustaría mencionarlo, la realidad es que muchos trabajadores deben pasar por el fracaso para lograr sus metas profesionales, sea como empleado o emprendedor. El fracaso suele ser necesario como parte de un proceso crecimiento personal. Nadie ha pasado por la vida libre de fallas. Tener miedo al fracaso es rehuir al éxito. Eso no quiere decir que nos encante, simplemente que hay personas que son menos tolerante el fracaso. Mientras para algunos es una motivación para esforzarse más, para otros es un rotundo “no” de la vida. Algunas personas odian tanto la idea de fracasar que prefieren no intentar algo en lo absoluto.
No hay falla más grande que no intentarlo. Claro, iniciar un negocio o una nueva carrera pudiera ser un riesgo, pero tampoco sabrás si podrías haber logrado tener una empresa tan exitosa como Amazon o Facebook.
Una manera de tomar el valor necesario es leyendo las historias de éxito de grandes emprendedores como Jeff Bezoz, Bill Gates, Steve Jobs, Mark Zuckerberg, entre muchos otros. Todos ellos, de una u otra manera, fracasaron en algún momento de su emprendimiento.
Otra forma de superar este miedo es con la regla 10-10-10 propuesta por la escritora de negocios Suzy Welch, desarrollada para enfrentar una decisión que te asusta. Pregúntate, si tomas este riesgo, cómo te sentirás acerca de la decisión en 10 minutos, en 10 meses y en 10 años. Si todas las respuestas son positivas, la decisión es clara: adelante. Si algunos de ellos son negativos, mira el problema desde el otro ángulo: ¿Cómo te sentirás acerca de tu decisión si no te arriesgas? Si te imaginas sintiéndote peor en esta situación que después de dar el paso, es una señal de que vale la pena correr el riesgo.
4. Miedo a perder dinero
Parece una paradoja: ¿cómo el miedo a perder dinero te hará perder dinero? La lógica inicial podría ser, “si tengo miedo a perder dinero, lo cuidaré, no lo perderé”. En la mayoría de las situaciones eso es bueno; sin embargo, este tipo de miedo puede ser similar al del fracaso. Cuando no inviertes o no emprendes por temor a perder tus ahorros, posiblemente te estés perdiendo de fuertes ganancias posteriores.
Si tienes tanto miedo de perder dinero que te niegas a invertir en cualquier cosa que no sean las inversiones de menor riesgo, como certificados de depósito y bonos del Tesoro, te verás obligado a obtener rendimientos mucho más bajos que los que obtendrías si invirtieras una parte de tu dinero en acciones.
La clave para invertir sabiamente es averiguar qué nivel de tolerancia al riesgo es razonable para ti. Vanguard y Wells Fargo cuentan con cuestionarios de tolerancia al riesgo en línea que pueden ayudarte a definirlo. Puedes sentirte más seguro de arriesgar un poco con tu dinero sabiendo qué es lo que recomiendan los expertos financieros.
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