Qué es una cuenta de gastos flexibles (FSA) y por qué deberías abrir una al comenzar el año

Nadie tiene la vida comprada ni sabe qué tipo de necesidades médicas pudiera necesitar en el transcurso de un año. Afortunadamente, en Estados Unidos, existe la cuenta de gastos flexibles (FSA) con la que puedes cubrir buena parte de tus necesidades de salud, sólo que, por sus características y restricciones, es esencial que la abras desde que comienza el año para que disfrutes de sus beneficios.

Una cuenta de Gastos Flexibles (FSA), también conocida como “acuerdo de gastos flexibles”, es una cuenta especial en la que depositas dinero que usas para pagar ciertos costos de atención médica de tu bolsillo.

Uno de los mayores atractivos de estas cuentas es que no pagas impuestos sobre este dinero. Esto significa que ahorrarás una cantidad igual a los impuestos que hubieras pagado por el dinero que apartaste.

La cuenta FSA sólo puede ser abierta por un empleador, quien se convierte en propietario de la misma. Es por eso que, si tienes un trabajo y deseas abrir una cuenta FSA, te acerques a recursos humanos de tu empresa para obtener detalles sobre la FSA de su empresa, incluido los requisitos que debes cumplir para inscribirte.

De hecho, debido a que el propietario de la cuenta es tu empleador, de la misma manera es posible que él pueda realizar aportaciones sin que te hayas enterado. Asimismo, también tú puedes solicitar realizar una aportación de tu cheque de pago para que tengas más dinero ahorrado.

Cada año, el Servicio de Impuestos Internos (IRS) limita la cantidad de aportaciones que puedes realizar a estas cuentas. Para este 2023, sólo puedes ingresar $3,050 dólares por año por empleador, eso significa que sólo puedes tener esa cantidad, incluso si tanto tú como la empresa realizaron aportaciones.

Una advertencia para le uso de esta cuenta es, que así como tiene un límite de contribución, también tiene un periodo establecido para utilizar esos fondos. El dinero que tengas, sean los $3,050 dólares o menos, debes ocuparlos durante el transcurso del año corriente, de no hacerlo ese dinero se pierde, de ahí que la cuenta FSA también sea conocida como de “úsalo o piérdelo”.

Por esta razón es importante que solicites la apertura de cuenta FSA con tu empleador comenzando el año para que tengas tiempo suficiente tanto para juntar la mayor cantidad posible como para utilizarlo en gastos médicos elegibles.

Si tienes un plan de salud a través de tu empleador, puedes utilizar los fondos de tu cuenta FSA para pagar los costos de atención médica, como deducibles, copagos, coseguro y algunos medicamentos. No puede utilizarse para el pago de primas del seguro médico. Este dinero también puede utilizarse para los gastos médicos y dentales de tu cónyuge, si estás casado, y de tus dependientes.

Cuando está por cumplirse el año del plan y no has ocupado los fondos totales de la cuenta, puedes buscar con tu empleador la posibilidad de dos opciones:

1. Te puede proporcionar un “periodo de gracia” de hasta 2 meses y medio adicionales del año anterior.
2. Puede permitirte transferir hasta $610 dólares por año para usar en el año siguiente.

El empleador puede ofrecerte cualquiera de estas opciones, pero no ambas.

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